Descubrir la dimensión vital, existencial y de continuidad es decir, la interioridad no es una práctica aunque exige práctica, la meditación no es un ejercicio, aunque exija ejercicio, el mismo que se convierte en una dinámica de vida. No hablamos de devociones, de repeticiones, de esquemas preestablecidos, sino de desarrollo, de descubrimiento, del potenciamiento de los valores inherentes a la persona humana.